Por Pegaso
Corría el año 1531. Un indito patarrajada de condición muy humilde, subió a la cima del cerro del Tepeyac, en la entonces capital de la Nueva España.
Ahí se le apareció una señora que dijo ser la virgen de Guadalupe (una de las miles de representaciones de María, madre de Jesús, que hay alrededor del mundo).
Juan Diego, que así se llamaba el autóctono, corrió luego a decirle lo ocurrido al obispo Fray Juan de Zumárraga, ya que la virgen le había pedido que construyera un templo en ese mismo lugar.
Como todo buen sacerdote, el purpurado le pidió pruebas de lo que decía, en lugar de acompañarlo a ese lugar para ver si era cierto.
Total, después de varias vueltas, Juan Diego llegó con una tilma de ayate donde traía un montón de rosas y al abrirlo frente al incrédulo sacerdote, apareció como por arte de magia la imagen de la Guadalupana.
Ese es el mito que tiene atado a todo un país. La mentira más grande contada sobre la historia de México.
Y como todo es cíclico y tiende a repetirse, hoy nos han vuelto a recetar la misma mentira, pero reciclada y aumentada.
Corría el año 2011. Un grupo de políticos encabezados por el entonces aspirante a la Presidencia de México, ALMO, fundaron una organización política llamada Movimiento Nacional de Regeneración Nacional (MORENA), que dos años después se convertiría en partido político.
A la virgen de Guadalupe se le conoce como La Morena del Tepeyac, por sus rasgos y color obscuro de la piel, parecido al de los indígenas mexicanos.
Sin embargo, el nombre y el tipo racial se corresponden con la raza mora, es decir, árabe.
Ya sabemos que España fue dominada por los moros durante varios cientos de años, absorbiendo parte de su cultura.
La efigie de la virgen que hoy todo México venera, proviene de una comunidad cercana al río Guadalupe o Guadalupejo, en España, y es una representación árabe de la virgen María.
Luego, entonces, la intención de los creadores del partido político MORENA, es más que evidente: Vincular la imagen religiosa que une a millones de mexicanos, con los intereses ligados a un grupo de personas que, a final de cuentas, llegaron al poder.
A pesar de que es evidente el uso indebido de la imagen religiosa para fines políticos, resulta claro que no existe argumento legal para descalificar los actos jurídicos del partido.
Es como si yo formara una asociación que se llame, partido CRUZ, o partido CORONA DE ESPINAS, o partido del CIELO. Las referencias a símbolos religiosos son muy claras.
Otros partidos también han incurrido en ese tipo de artimañas, como Encuentro Social (PES), en cuyas siglas y logotipo vemos al pez que identifica a Cristo. Pero a final de cuentas, no tuvo el mismo arrastre que MORENA.
Más atrás, el PRD fue creado como partido de izquierda. Su logotipo era un sol azteca (Tonatiú), referencia también de un símbolo religioso, aunque precolombino.
Tal logotipo tiene también un sentido que permanece oculto para todos los mexicanos y mexicanas: Si lo modificamos un poco, tenemos la imagen de la virgen de Guadalupe, tal cual. Y esa idea sería el antecedente de lo que después fue MORENA.
Bien planeado, bien pensado por un grupo de brillantes individuos que sabían lo que hacían.
La historia se repite, sólo que ahora Fray Juan de Zumárraga es el INE.
Posdata: Si la virgen de Guadalupe se apareciera en este momento y viera cómo andan de la greña los de MORENA, le daría un soponcio.